“El edificio del CTcan es un ejercicio en el que se muestra tecnología nueva”
Richard Torres – arquitecto, director del estudio JTP Arquitectos, autor del proyecto del CTcan (Centro Tecnológico de Candelaria)
La ‘fachada leds’ al lado norte y oeste, y la ‘fachada verde’ al sur y al este, enfatizan la filosofía de un edificio, el CTcan (Centro Tecnológico de Candelaria), que relaciona elementos de última tecnología con el aprovechamiento de recursos naturales para conseguir una construcción sostenible.
Se trata de una compleja máquina bioclimática con más de 1.600 m2 distribuidos en tres plantas, ubicada en el Polígono Industrial Valle de Güímar, donde se instalarán empresas de base tecnológica y se celebrarán jornadas, talleres y encuentros que promuevan el intercambio de experiencias. El redactor del proyecto, Richard Torres, director del estudio JTP Arquitectos, ha explicado a ABECE CONSTRUCTIVO las peculiaridades de esta construcción.
-¿Cuándo se instaló la ‘fachada leds’?
“Se instaló hace ya bastante tiempo, pero se esperó a que tuviéramos los suministros, que recibimos hace poco tiempo. Ahora se están haciendo todas las pruebas, de iluminación y de consumo”.
-¿La ‘fachada vegetal’ cuándo se va a instalar?
“Se empezará a instalar la semana que viene. No quisimos plantar allí las semillas directamente, por eso están en el invernadero, creciendo hasta tener una cierta altura para empezar a colocarlas en el edificio”.
-El edificio utiliza estrategias activas y pasivas para el control del clima interior ¿En qué consisten?
“Se trata de ventilaciones cruzadas y estrategias de volado, como son las fachadas en orientación sur, e incluso la fachada vegetal que hace tamizar la radiación. Eso, con un sistema de vidrios hechos para la zona, para el soleamiento y demás, hacen que el edificio funcione solo con las ventilaciones mecánicas tipo shunt y las ventilaciones cruzadas, que están colocadas de forma estratégica, en huecos de partes bajas y de partes altas”.
-¿La división interior del edificio es flexible?
“Ya en las bases del concurso pedían una serie de superficies que pudieran ser alquilables para las empresas que se fueran a instalar. Por eso, tanto en la planta de vivero de empresas, como en la de talleres, hay una parte semiflexible y otra totalmente flexible. Es decir, la mitad se divide a través de tabiques móviles, de manera que los interesados pueden alquilar desde 20 metros hasta 80 o 120, porque los puedes ir modulando. Otra parte, se divide a través de tabiques fijos de vidrio, con posibilidad de comunicarse entre ellos”.
-Por fuera, separada de las paredes de edificio hay una estructura de vigas de acero ¿Cuál es su finalidad?
“Soporta la ‘fachada leds’, y detrás hay corredores de servicio para las instalaciones de mantenimiento, limpieza…”
-Las empresas que se ubicarán allí serán de base tecnológica. ¿Hay instalada un sistema de comunicación más potente que el habitual en cualquier edificio de oficinas?
“Sí, hay una sala CPD donde se colocarán los futuros servidores de las empresas que se vayan a instalar. Además, ahí se puede controlar todo el edificio”. “Lo interesante del edificio es su fachada mediática. Los posibles colonizadores del mismo, investigadores y demás, podrán difundir aquello en lo que están trabajando a través de la fachada leds”. “No solo se puede salir al exterior a través de conexiones de Internet, también desde dentro se puede conectar con distintos espacios del edificio, y hacia afuera a través de la ‘fachada leds’. Una empresa que se instale allí, a la vez que investiga, el edificio presta el servicio de publicitarse, si alquila una parte de la fachada. El edificio está abierto a muchas posibilidades”.
-El edificio se iba a instalar en un principio en la Rambla de los Menceyes. ¿El proyecto se debió modificar?
“Eso lo he leído en la prensa. Este proyecto se adjudicó mediante un concurso de ideas, previo al proyecto ejecutivo, y ya en la fase de concurso la ubicación que se propuso fue el Polígono Industrial de Güímar, que ha sido donde finalmente se ha construido”.
-Entre los objetivos del estudio JTP Arquitectos está la adecuación y adaptación de la última tecnología a los nuevos espacios. Este edificio puede ser un buen ejemplo de eso, ¿no es así?
“Sí, porque ya en el proyecto que presentamos al concurso apostamos por eso. Intentamos proponer soluciones nuevas. Podemos hablar de la fachada norte y este, donde no hay vidrio, sino muros elaborados mediante tabiquería seca, un sistema alemán que se utiliza por primera vez en una fachada en Canarias. También con respecto al agua que se consume en el edificio, se recicla y se lleva a la ‘fachada vegetal’. Por otro lado, los vidrios se han estudiado fachada a fachada, según el soleamiento, la inclinación y la zona, y en base a eso, elaboraron los vidrios de última tecnología. En realidad era la última tecnología en el año 2010, cuando concursamos. En la iluminación de la ‘fachada leds’, se ha utilizado una tecnología que en el año 2010 era la más avanzada. La iluminarias son capaces ellas mismas de controlar su intensidad dependiendo de su cercanía a un hueco. Se trata de un ejercicio en el que se muestra tecnología nueva”.
-El estudio JTP además de edificios de uso público, realiza también viviendas unifamiliares y colectivas. ¿En qué tipo de proyectos se siente más a gusto?
“Los edificios públicos nos permiten ser más creativos, pero también es verdad que en los proyectos habitacionales nosotros también intentamos ofrecer cosas nuevas. Aunque al ser una propiedad particular, siempre los clientes nos limitan más. Los edificios públicos nos permiten investigar y conseguir cosas como las que hemos logrado en este caso, que la construcción sea más sostenible”.
-Hace poco también entregaron la obra del polideportivo Rubén Marichal ¿Están trabajando en algún otro proyecto o lo harán próximamente?
“Ahora estamos trabajando en espacios exteriores, en labores de rehabilitación. Pero en obras nuevas no tenemos a la vista ningún proyecto, porque las licitaciones públicas han bajado mucho. Participamos también en el concurso del Centro Tecnológico de Cuevas Blancas, de Santa Cruz, pero quedamos cuartos”.
-¿Se han planteado presentarse a concursos en la Península o en el extranjero?
“Estamos mirando esa posibilidad, vemos la posibilidad de crear un buen equipo que pueda ofrecer ciertas garantías”. ●